A través de este acuerdo, impulsado por la conexión de varios líderes de nuestra red con el Estado, el distrito de Machu Picchu se convirtió en el primer modelo de
ciudad sostenible del Perú y de Latinoamérica.

La alianza público-privada, realizada entre el Grupo AJE, la cadena de hoteles Inkaterra y el Municipio de Machu Picchu, que contó además con la transferencia tecnológica del Grupo Alimenta, consiguió la habilitación e infraestructura para convertir el 100% de los residuos sólidos del distrito en recursos. Estos están siendo destinados, entre otros fines, a la reforestación de más de un millón de árboles del histórico santuario, nombrado en 2007 como una de las siete maravillas del mundo.

Dentro de las iniciativas conjuntas están; una planta de tratamiento de residuos orgánicos, que convierte diariamente ocho toneladas de desechos en fertilizante
natural de alta calidad, dos plantas compactadoras de residuos plásticos, capaces de procesar más de seis toneladas diarias, y una planta de transformación de
aceite en biodiesel, que trata mensualmente seis mil litros de aceite usado, que ya no son vertidos al caudal del río Vilcanota.